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Todos los cánceres tienen dañados los genes

  • Foto del escritor: Cesar Paz-y-Mino
    Cesar Paz-y-Mino
  • 16 feb
  • 2 Min. de lectura

César Paz-y-Miño. Investigador en Genética UTE.


El cáncer es un tema que, aunque se menciona con frecuencia, muchas veces no se entiende del todo. En esencia, el cáncer no es simplemente un grupo de células que se multiplican sin control; es una enfermedad relacionada con nuestro ADN, nuestro material genético, el que contiene las instrucciones para el funcionamiento del cuerpo. Lo más interesante es que todos los tipos de cáncer presentan daños en los genes: mutaciones.


El daño genético es una alteración en la secuencia química del ADN que interfiere con el funcionamiento normal de las células. Estos cambios afectan a genes fundamentales, desregulando funciones esenciales: crecimiento celular y propagación, diferenciación y muerte celular programada genéticamente (apoptosis).


Existen al menos dos tipos de genes que están involucrados en el cáncer: los oncogenes (200) y los genes supresores de tumores (100). Los oncogenes, cuando sufren mutaciones, pueden hacer que las células crezcan y se dividan sin parar. Los genes supresores de tumores, actúan como frenos que regulan el ciclo celular. Si estos frenos se dañan, las células se dividen descontroladas y se desarrollan tumores.


Los daños genéticos se producen por exposición a carcinógenos, como el humo del tabaco, pesticidas o la radiación, que aumentan el riesgo de cáncer. Durante la división celular normal, pueden ocurrir errores en la copia del ADN, y aunque existen mecanismos de reparación del daño, a veces estos errores no se corrigen, lo que puede resultar en mutaciones acumulativas que fomentan el cáncer.


Se conoce que las alteraciones epigenéticas, que son cambios que sin afectar la secuencia del ADN, regulan la manera de expresión de los genes. Ciertos genes pueden ser silenciados por sustancias externas (proteínas, fármacos, bacterias) al ADN, sin que éste se altere con efecto mutante.


Comprender que todos los cánceres tienen un componente genético ha llevado a avances significativos en la prevención y el tratamiento de la enfermedad. La identificación de mutaciones específicas ha permitido el desarrollo de tratamientos dirigidos y personalizados.


La tecnología de secuenciación del ADN, los estudios de genes de riesgo y de diagnóstico, ha revolucionado la forma en que abordamos el cáncer, y adaptando las terapias según las mutaciones específicas presentes en el tumor de cada paciente, así, mejoramos la eficacia del tratamiento y se  reduce los efectos secundarios.


El cáncer es, en su esencia, una enfermedad de los genes. Solo 10% de cánceres se heredan de los progenitores, el resto son al azar (genes más ambiente). La lucha contra el cáncer es también una lucha por mantener la integridad de nuestro material genético.


Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el número de muertes por cáncer alcanzará aproximadamente los 10 millones en 2030, lo que lo convertirá en una de las principales causas de muerte en todo el mundo, de ahí la obligación de seguir investigándolo y descifrándolo.

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Genética y Ciencia
César Paz-y-Miño
cesarpazymino.com
Quito - Ecuador
 
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