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Microplásticos: la amenaza invisible que afecta tu salud

  • Foto del escritor: Cesar Paz-y-Mino
    Cesar Paz-y-Mino
  • hace 2 horas
  • 2 Min. de lectura

César Paz-y-Miño. Médico Genetista, Universidad UTE. Para NOTIMERCIO


La contaminación por microplásticos (partículas de menos de 5 milímetros), son una amenaza directa para la salud humana. Se encuentran en el aire, el agua, los alimentos y en productos de uso diario, dentro del cuerpo humano: en pulmones, hígado, cerebro, riñones e incluso en la placenta.


Cada año, cerca de 11 millones de toneladas de plástico terminan en los océanos, que se triplicarán el 2040 si no se toman medidas. Existirían 170 billones de partículas de plástico en los mares del mundo, y son una amenaza directa para los ecosistemas marinos y las cadenas alimentarias. Peces, moluscos, aves e incluso el plancton están ingiriendo estas partículas, y con ellos, también los humanos. El agua embotellada y de grifo contiene partículas.


Pacientes con enfermedades arteriales demuestran que la mitad de las placas que obstruyen las arterias contienen microplásticos, y quienes los presentan tienen un riesgo hasta 4,5 veces mayor de sufrir infartos o derrames.


En los pulmones, los microplásticos inhalados pueden provocar inflamación y daño alveolar. En el sistema digestivo, atraviesan el intestino y llegan a órganos como el hígado y los riñones, dañándolos. En el cerebro, cruzan la barrera hematoencefálica, provocando estrés oxidativo, neuroinflamación y afectando la función cerebral, vinculadas a enfermedades neurodegenerativas, deterioro cognitivo y pérdida de memoria. En las células al entrar las partículas, actúan como “molino” destruyéndolas o dañando el ADN, asociado a enfermedades degenerativas y cáncer.


Muchos plásticos contienen sustancias químicas que alteran el sistema endocrino, afectando hormonas, fertilidad y metabolismo. Su presencia en la placenta indica que la exposición comienza antes de nacer. También se ha relacionado con infertilidad, abortos espontáneos y reducción en la calidad espermática.


El sistema inmunológico reconoce estas partículas como cuerpos extraños, activando una respuesta inflamatoria constante, lo que puede aumentar el riesgo de enfermedades crónicas y autoinmunes. Los riñones, pueden alterar su filtrado por la acumulación de partículas.


Se estima que una persona promedio ingiere entre 50 mil a 120 mil partículas de microplásticos al año. La exposición ocurre por múltiples vías: agua, alimentos, aire y productos cotidianos. La OMS asevera que los datos actuales son insuficientes para establecer un umbral seguro de exposición, posiblemente no exista.


Reducir esta exposición es posible si evitamos plásticos de un solo uso, no calentar alimentos en recipientes plásticos, filtrar el agua y elegir productos sin microplásticos. A nivel global, se necesitan regulaciones estrictas, reducción en la producción de plásticos, bioremediación, manejo de la basura y alternativas sostenibles.


Los microplásticos ya están en nuestro cuerpo. Actuar ahora es fundamental para proteger la salud presente y futura.

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Genética y Ciencia
César Paz-y-Miño
cesarpazymino.com
Quito - Ecuador
 
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