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Las intrincadas vías hacia el cáncer. César Paz-y-Miño. El Comercio

César Paz-y-Miño. Investigador en Genética Médica, Universidad UTE.

Febrero es el mes de la lucha contra el cáncer. La OMS/OPS designó al 4 de Febrero como el Día mundial del cáncer y el 15 del cáncer infantil. En las Américas se producen 1,4 millones de fallecimientos a causa de esta enfermedad; 47% de ellos son personas jóvenes. En el Ecuador, el cáncer es la segunda causa de mortalidad general luego de las enfermedades cariovasculares.

La carga social y económica de este mal para los sistemas de salud es tremenda. Los estados de economía pequeña como el Ecuador la sufren de varias maneras: diagnóstico tardío, déficit de especialistas, tecnología obsoleta y concentrada, deficiencia en tratamientos y medicamentos modernos y limitado acceso a pruebas genéticas y genómicas que son la clave para entender el origen y comportamiento del cáncer.

Los casos más frecuentes de cáncer

Los cánceres que mayor atención han tenido son los de cérvix uterino, mama, estómago y los infantiles, al punto que se habla de su prevención. Un 40% de muertes por esta causa podría evitarse modificando factores de riesgo de conducta y alimentación: obesidad, ingesta reducida de frutas y verduras, falta de actividad física, uso de preservativo en relaciones sexuales y vacuna contra el papiloma virus, control de Helicobacter pylori, consumo de alcohol y de tabaco. PUBLICIDAD Tabaco y alcohol son factores de riesgo muy importantes y responsables del 22% de las muertes por cáncer a nivel mundial y del 71% de las muertes por cáncer de pulmón. En el Ecuador las infecciones por papiloma virus y por H. pylori se asocian a la mayoría de cánceres de cérvix uterino y estómago.

La intervención genética

Los estudios del genoma del cáncer en la actualidad apuntan a entender las complejas vías que toman los genes para evadir los mecanismos de defensa naturales del organismo e instaurar un cáncer.

Debido a un sesgo en los estudios genómicos, éstos se han concentrado en poblaciones caucasoides, dejando a un lado a la población mestiza de Latinoamérica y de África, así como a población afro, pero los estudios actuales de los 20 000 genes humanos nos han aclarado el panorama.

El 10% de casos se originan por herencia de genes de cáncer, mientras el 90% por una mezcla de factores ambientales sumados a genes de predisposición a su desarrollo. Entre los factores ambientales están: la exposición a elementos químicos (pesticidas, humos, plomo, mercurio, etc.), radiaciones ultravioleta, radiaciones ionizantes o RX y exposición a virus y bacterias (papiloma virus, H pylori, herpes, etc.), que se debería evitar.

Lo que primero ocurre en un cáncer es la inestabilidad completa del genoma; éste se fragmenta y al reordenarse, algunas porciones del ADN se ubican mal y se entremezclan activando genes de cáncer. Una vez activados, los genes se instituyen en la célula y provocan su crecimiento incontrolado. En esta fase existen unos genes conductores de cáncer, otros moduladores y colaboradores. Dos grupos de genes se “alocan”; los promotores de cáncer u oncogenes y los genes supresores de cáncer. Sus mutaciones cambian las células normales y éstas tratan de defenderse contra las instrucciones malignas por medio de dos curiosos fenómenos: los genes que reparan el daño del genoma y los genes que inducen al suicidio de las células defectuosas.

Si todo esto sale mal, el organismo trata de salvarse del cáncer activando su último frente: el sistema inmune de control de células malignas. Pese a todas estas espectaculares estrategias, hay algunas células malignas que se implantan en los órganos y el cáncer se desarrolla.

En este punto, las células malignas están tan desequilibradas que el propio organismo se desconcierta y les permite reproducirse y formar tumores e invadir otros tejidos y dañarlos (metástasis). Para todo esto se necesita la intervención de muchos genes que se activan de manera secuencial. Así, 147 genes se activan e intervienen en el cáncer de pulmón, 33 en el de mama, 41 en próstata, 53 en estómago, 66 en colon, 42 en ovarios, 12 en leucemias de adultos y 8 en la de niños, etc.

Los genes producen proteínas dañadas y éstas, al igual que los genes, pueden ser valoradas y sirven para diagnosticar el cáncer o calcular la respuesta a tratamientos, la sobrevida luego de la terapia y el riesgo de que se reactive el cáncer. De la misma manera, las medicinas modernas diseñadas para combatir el cáncer arremeten contra las proteínas mal concebidas o atacan al gen mutado. Actualmente los éxitos del tratamiento son muy altos e incluso en algunos cánceres se habla de curación. El futuro en la lucha contra el cáncer Hoy se puede evaluar genes que se heredan o genes de predisposición. El icónico caso de la actriz Angelina Jolie, quien se realizó una cirugía total de mamas, evidenció un tipo radical de conducta frente a portar estos genes. La dirección que debe seguir una persona con un informe de riesgo, debe evaluarse cuidadosamente por un profesional genetista y, sobre todo, valorar la efectividad de los tratamientos, beneficios y limitaciones de estas pruebas genéticas y el riesgo de transmitir a los hijos los genes potencialmente malignos. Entendiendo la genómica del cáncer tendremos mayores posibilidades de combatirlo.


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