La contaminación petrolera es un riesgo ambiental, de salud y genético
- Cesar Paz-y-Mino
- 23 mar
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César Paz-y-Miño. Investigador en Genética, Universidad UTE. Para NOTIMERCIO

La contaminación reciente del río Esmeraldas por el derrame petróleo representa una amenaza grave para la salud humana y ambiental, con efectos que van más allá de la destrucción de los ecosistemas acuáticos, terrestres aledaños, alimentos y animales.
El Ecuador tiene algunas nefastas experiencias en la contaminación por petróleo. La exposición aguda y crónica a los hidrocarburos presentes en el petróleo, como los hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP) y otros compuestos tóxicos, puede causar daños genéticos profundos en las poblaciones humanas cercanas.
Los estudios realizados en poblaciones expuestas a derrames de petróleo han revelado un incremento significativo en las roturas de los cromosomas. Al comparar una población expuesta y población control, hemos observado un aumento de las roturas cromosómicas del 20% en los expuestos, frente al 4% en la población no expuesta, evidenciando el impacto directo sobre la estabilidad del material genético. Los estudios de este tipo también han destacado los daños no solo por contaminación directa, sino también a través de las chimeneas de gas.
Los hidrocarburos y otros derivados del petróleo son metabolizados en el organismo por enzimas como las del citocromo P450, generando metabolitos reactivos que pueden unirse al ADN y causar daños estructurales. Este daño incluye roturas de la doble cadena de ADN, formación de aductos (bloqueadores del genes) y estrés oxidativo, lo que promueve la inestabilidad genómica y mutaciones.
Los efectos genotóxicos también comprometen los mecanismos de reparación del ADN. Genes clave como BRCA1, BRCA2 (también implicados en cáncer de mama), y otros, responsables de la reparación del daño del ADN, pueden verse inactivados por la exposición crónica a hidrocarburos. La disfunción de estos genes reduce la capacidad celular de corregir errores en el ADN, favoreciendo la acumulación de mutaciones.
El daño genético sostenido también se manifiesta en la aparición de otro tipo de aberraciones cromosómicas complejas, que reflejan un nivel elevado de daño genético. Este deterioro en la integridad del genoma puede derivar en la aparición de cánceres hematológicos y sólidos, así como en trastornos reproductivos y malformaciones congénitas debido a la transmisión de material genético alterado. La contaminación por petróleo no solo afecta a la generación expuesta, sino que también podría comprometer la salud de las futuras generaciones, ya que las mutaciones y daños en el ADN pueden heredarse.
La evidencia de un aumento en las roturas cromosómicas y la afectación de los genes de reparación subraya la necesidad urgente de implementar medidas de remediación ambiental y protección sanitaria en las zonas afectadas. La persistencia de estos contaminantes en el medio acuático prolonga la exposición y el riesgo, consolidando un escenario de vulnerabilidad genética y sanitaria en las comunidades afectadas.
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