Los candidatos y la ciencia (I)
Los países que más invierten en ciencia y tecnología (C&T), más adelanto y desarrollo logran. Esto se relaciona con programas de gobierno y, por lo mismo, es crucial identificar las propuestas de los candidatos presidenciales ecuatorianos, con respecto al desarrollo científico y tecnológico, lo cual, para que no quede en plano de retórica utópica, deberá necesariamente vincularse a la producción científica, que en Ecuador puede evaluarse como baja.
Nuestro país pasó de $ 84 millones de inversión en C&T en 2006, a $ 1.923 millones anuales en 2014, que representa un cambio del 0,2% del PIB a más del 0,44%. Durante los mismos años pasamos de 1.550 investigadores registrados, a 11.410. En cuanto a patentes, de 2 a 30 (datos: Organización de Estados Iberoamericanos acápite Ciencia, INEC-Senescyt). En producción científica mundial,
Ecuador pasó de 313 trabajos de investigación con presencia internacional en 2006, a 1.601 en 2016, aunque aún representa el 0,03% de la producción científica mundial. Encuestas sobre la problemática de C&T identifican como obstáculos: falta de apoyo gubernamental, debilidad en política pública con respecto a ciencia, desfinanciamiento, ausencia de políticas de desarrollo científico, limitado personal de investigación, ausencia de institutos de C&T, costos altos, criterios cerrados para el desarrollo, poco cambio tecnológico e intercambio científico, pobre infraestructura de investigación.
Por tanto, cabría preguntar a los candidatos presidenciales qué plantean para el avance del país, considerando que todo está ligado a la ciencia: salud, vivienda, servicios, telecomunicaciones, industria; la producción misma, el bienestar humano, son producto de la ciencia y de su desarrollo. ¿Qué entonces plantean al respecto?
El candidato Lasso, aunque no habla de C&T, ha manifestado que eliminaría la Secretaría de Educación Superior Ciencia y Tecnología (Senescyt); promete continuar con el programa de becas, pero sin referirse a costos ni al cómo. ¿El resto de candidatos la mantendrán o definirán otras funciones?
Si bien se apoyan los cambios y se evidencia que ha habido adelanto desde 2006 hasta la actualidad, hay críticas significativas, por ejemplo, hacia algunas transformaciones del trabajo de investigadores y de universidades. Sin embargo, se coincide en que es imperioso el apoyo a la ciencia y que, sin un programa claro, es posible que solo se haga lo urgente, mas no lo necesario. Este es, pues, el momento en que los científicos debemos liderar la exigencia de pronunciamientos claros sobre este tema, tradicionalmente relegado.