Perspectivas sobre los transgénicos en el Ecuador
EL TELÉGRAFO.- Con éste título el 27 de julio del 2016, el Congope (Consorcio de Gobiernos Autónomos Provinciales) realizó un Seminario Regional sobre transgénicos. Tuve la oportunidad de participar en este evento como facilitador con el tema Desmitificar los transgénicos (TG), y tuve la oportunidad de plantear algunas cuestiones actuales (la conferencia completa se la puede ver en este mismo blog en PDF).
Lo curioso de los TG es que su uso y fomento a nivel mundial está creciendo. Se calcula que existen 134 millones de hectáreas cultivadas de soya, maíz, algodón, canola, calabazas, papayas, alfalfa y remolachas. El 54% de la población mundial vive en países productores de TG, y estos solo son 16 países. Muchos países latinoamericanos tienen TG. Aunque el Ecuador no los produce, una línea fuerte de investigación estatal es la obtención de banano Sisgénico, que a diferencia de los transgénicos, los genes transferidos, provienen de la misma especie, es decir de bananos con características mejores.
Este nuevo debate de los TG surge concomitantemente con la discusión de la ley de semillas y soberanía alimentaria. Bien por la ley y los controles que se pretende sobre la producción de alimentos y la reserva de la diversidad ancestral de los recursos genéticos para la alimentación.
Es sano defendernos de las transnacionales y su visión de que dependamos de su negocio de los organismos genéticamente modificados por éstas, pero el negar el avance científico de la transgénesis y de las nuevas tecnologías asociadas, es otra cosa.
Cada vez las técnicas genéticas son más seguras y precisas. La edición de genes (técnica CRISPR/Cas9) ha revolucionado la tecnología molecular. Con esta técnica se lograría transformar organismos con cualidades nuevas sin tener que transportar genes de otras especies. Justo este transporte de genes ha sido la esencia de la lucha anti transgénicos. Pero la CRISPR derrumbaría esta argumentación.
Por otro lado, las recientes pruebas y pronunciamientos sobre los TG a nivel internacional apuntan hacia desmitificar los TG, apoyar su uso en poblaciones carentes de alimentación (por ejemplo Etiopía), con deficiencias alimenticias como la carencia de vitamina A, contra la cual podría utilizarse el arroz dorado que es TG y es suplementado (léase Los Nobel, Greenpeace y los transgénicos en este mismo blog). Tanto la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, como 110 premios Nobel, concuerdan que los transgénicos no son peligrosos, o son tan iguales que cualquier otro alimento y que su uso no debería prohibirse.
En el caso del Ecuador, por su tradición agrícola, los TG producen más recelos. La desinformación sobre su obtención y riesgos, ha logrado que cuajen con mayor facilidad las posiciones anti transgénicas que las a favor. Como investigador en Genética, pienso que el país, debe estar abierto a la tecnología transgénica, modernizar sus investigaciones, e incluso utilizarlos si es necesario. Ya existen en el mercado cientos de productos derivados de los transgénicos que los utilizamos a diario. Combatir su producción refleja una doble moral. Creo que es más adecuado investigarlos, hacer pruebas de laboratorio y sacar nuestras propias conclusiones como país, ya que el aceptar que los TG son malos porque otros lo afirman es también una manera de alienación intelectual.
En el evento del Congope, también participaron el Asambleísta Mauricio Proaño, de la Comisión de Soberanía Alimentaria y Desarrollo del Sector Agropecuario y Pesquero. Su posición como Ingeniero Agrónomo, fue a favor de la tecnología transgénica y su uso racional. Jamás habló de daños producidos por los TG.
Aún faltan muchos puntos que se deben aclarar sobre los TG. Para el Ecuador es un desafío importante el resolver las deficiencias que dejan la agricultura tradicional y la orgánica, y resolver la problemática de alimentación e investigación de un país.